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Segmentar las retenciones para detener la transferencia a los sectores concentrados



Por: diputado nacional Lisandro Viale – Partido Socialista

Los socialistas entendemos que el peso de los derechos de exportación debe recaer sobre los grandes del sector aplicando retención cero a las primeras mil toneladas de soja comercializadas para favorecer así a los pequeños y medianos productores que trabajan su propio campo.

En estos días el Congreso de la Nación vuelve a discutir las retenciones. Entre las facultades delegadas que caducan el 24 de agosto están las que otorgan al Poder Ejecutivo la potestad de fijarlas. Al recuperar el Poder Legislativo esas atribuciones, los derechos de exportación están nuevamente en discusión, y con ellos el modelo agropecuario que queremos para nuestro país.
Desde el socialismo apostamos en el mediano plazo a reemplazar las retenciones por un gravamen progresivo como el impuesto a las ganancias, de manera que el mayor aporte recaiga sobre los que más ganan. En lo inmediato, sin embargo, proponemos transformar lo que era una herramienta discrecional en manos del Ejecutivo en un esquema legal razonable que, sin desfinanciar al Estado, genere un cambio significativo en la difícil situación de los pequeños y mediano productores.
La pregunta que debería abrir el debate es a quién queremos proteger: todos sabemos que el total de la producción no está en manos de productores del mismo tamaño. Lo que muchos desconocen es que la tendencia de los últimos años va decididamente hacia la concentración económica de los actores productivos. Los datos son elocuentes: desde el 2003, con rentabilidad y producción en aumento, desaparecieron 60.000 pequeños y medianos productores del campo.
Esta realidad va unida al cambio de las características de los pequeños y medianos propietarios, que progresivamente se están transformando en rentistas que abandonan la producción y entregan el campo a sectores más concentrados. Estos grandes productores, en cambio, tienen una escala económica que les permite seguir aumentando sus utilidades pese al escaso margen económico por hectárea que dejan hoy los derechos de exportación vigentes.
Si se analiza la producción de cada cultivo (soja, trigo, maíz, girasol y sorgo), es decir, el tamaño de cada explotación y el número de las mismas, se verifica que en la actualidad la concentración es notable en todos ellos. Como ejemplo, podemos analizar el caso de la soja, que compone la porción mayoritaria de nuestra producción granaria.
En 2007 la situación era la siguiente:
Nivel
de Producción
Cantidad de
Productores
Toneladas
de soja
% de
productores
% de
producción
1 a 1000 Tn
65.999
14.235.347
89,84%
37,13%
Más de 1001 Tn
7.478
24.105.224
10,18%
62,87%
Total general
73.477
38.340.571
100%
100%
(Datos de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario, año 2007. Últimos disponibles)

En 2010 se estima que 55 millones de toneladas fueron producidas por 72.000 productores, distribuidos de la siguiente manera:

Nivel
de Producción
Cantidad de
Productores
Toneladas
de soja
% de
productores
% de
producción
1 a 1000 Tn
66.240
12.100.000
92,00%
22,00%
Más de 1001 Tn
5.760
42.900.000
8,00%
78,00%
Total general
72.000
55.000.000
100%
100%

Hoy en el Congreso de la Nación se está discutiendo la modificación de las retenciones a través de dos propuestas. Una de ellas plantea la reducción de la alí cuota en un 10% para todos los productores.  El efecto de una medida de este tipo, considerando los datos del cuadro anterior, será el siguiente

Beneficio sectores concentrados
Beneficio pequeños y medianos
$ 6.336.942.000
$ 1.787.342.000

Esto equivale a poner en manos del 8% (5.760 productores) el 78% del beneficio, en desmedro del 92% (66.240 productores), que solo recibirían el 22% restante.
En contraposición, nuestra propuesta consiste en segmentar, de manera que las primeras 1000 toneladas de soja que produce y comercializa cualquier productor, sin importar su tamaño, tengan retención cero.
Una medida así generaría una distribución de beneficios en la proporción siguiente:

Beneficio sectores concentrados
Beneficio pequeños y medianos
$ 2.977.920.000
$ 6.255.700.000

La aplicación de esta propuesta permitirá que el 92% (66.240 productores) reciba el 68% del beneficio, mientras que el 32% restante se destina al 8% (5.760 productores).
La instrumentación es exactamente igual a la que se utiliza en la actualidad para el IVA: a través de la AFIP se acredita en la CBU del productor el monto del beneficio.

Desde el socialismo entendemos que el interior de nuestro país necesita de los pequeños y medianos productores como los cultivos la lluvia. La economía de las localidades del interior, la posibilidad de multiplicar el valor de las utilidades agropecuarias en sus pequeños comercios e industrias, la trama social de su población dependen de la supervivencia del productor trabajando su propio campo. Es necesario entonces que la aplicación de las retenciones, al igual que todas las demás políticas agropecuarias necesarias para el sector estén orientadas hacia este objetivo.


“El fallo del juez Pimentel reafirma que el gobierno también fue responsable del corte”, subrayó Viale

El diputado socialista Lisandro Viale se refirió al fallo del juez federal Gustavo Pimentel sobre la situación judicial de los asambleístas por el corte de Arroyo Verde. Recordó el proyecto presentado en la Cámara de Diputados de la Nación en el que se insta al Ministro Aníbal Fernández a presentarse ante el cuerpo legislativo para ser interpelado acerca del proceso que culminó con una causa contra los asambleístas. El proyecto fue apoyado por Pino Solanas y Claudio Lozano (Proyecto Sur), Atilio Bendetti, Jorge Chemes y Gustavo Cusinato (UCR); Miguel Barrios, Roy Cortina (PS); Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires) y Hilma Re (CC).

Lisandro Viale (PS Entre Ríos) se refirió esta tarde al fallo que exime de declarar a los asambleístas que habían sido señalados como responsables del corte de Arroyo Verde. “Hace dos semanas presentamos un proyecto en el que exigíamos que los diputados podamos interpelar al Ministro Aníbal Fernández acerca de los acontecimientos que culminaron en la criminalización de la protesta de Gualeguaychú por parte del Gobierno”, y prosiguió “creemos que hay pruebas suficientes; y el Juez también así lo decidió, para afirmar que los gobiernos, tanto provincial como nacional, alentaron el corte. Lo que queremos conocer es por qué cambiaron de parecer”, señaló el entrerriano.

El proyecto, presentado el 24 de junio, pide que el Jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, se presente ante la Cámara de Diputados para ser interpelado sobre la judicialización de la protesta en el corte de ruta de Gualeguaychú. “Después de años de apoyar el corte y asistir a distintas medidas de la Asamblea Ciudadana Ambiental, el gobierno nacional se presenta como querellante contra un grupo de asambleístas a quienes se acusa de presuntos delitos contra el “orden público” que van hasta los 15 años de prisión” expresó Viale. El diputado resaltó además que entre los delitos de “orden público” se encuentra el art. 235 que penaliza a los funcionarios públicos que alienten o promuevan las mismas acciones que se les imputan a los asambleístas. “Varios funcionarios, e incluso el entonces presidente de nuestro país, Néstor Kirchner, alentaron públicamente el corte declarándolo causa nacional, por nombrar sólo una de las medidas que se tomaron para avalar la lucha de los asambleístas”, expresó el diputado.

“Creo que los entrerrianos no vamos a tener futuro si no nos apoyamos entre nosotros”, señaló Viale


 El diputado del PS de Entre Ríos, Lisandro Viale, calificó de “positiva e imprescindible” la posibilidad de que Brasil se sume a la Argentina y Uruguay en el monitoreo de la cuenca del Río Uruguay, tal como lo propone el gobierno de José Pepe Mujica. Asimismo,  cuestionó al gobernador Urribarri por sus dichos sobre esta propuesta ya que “cuando se pide audiencia para tratar los temas provinciales, este incluído, no atiende a los diputados de su provincia” disparó el legislador y continuó; “a comienzos de este año presentamos un proyecto de resolución donde solicitamos que se hagan las gestiones para incorporar a Brasil a la CARU e invitamos a todos sus legisladores a firmarlo”, señaló Viale.

El socialista, expresó su sorpresa ante el apoyo del gobernador Sergio Urribarri a la propuesta del Presidente uruguayo José Mujica; “desde  el socialismo presentamos hace cuatro meses un proyecto de estas características e invitamos a los legisladores entrerrianos del oficialismo a firmarlo y no lo hicieron”, y continuó “fue acompañado por el bloque socialista y Margarita Stolbizer. Creo que los entrerrianos no vamos a tener futuro si no nos entendemos entre nosotros” afirmó el diputado.

Proyecto sobre la CARU
El legislador entrerriano destacó también que “el conflicto por Botnia desnudó problemas y limitaciones en la estructura institucional vigente respecto de la administración de asuntos comunes en la región del río Uruguay. Y allí surge que es incongruente que el Tratado no incluya al Brasil, donde el río Uruguay tiene la mayor parte de su desarrollo”.
 
El río Uruguay, cuya cuenca abarca 365 mil kilómetros cuadrados, nace en las tierras brasileñas de la Serra Geral y del recorrido total, estimado en unos 1.770 kilómetros , más de dos tercios corresponden a tramos que recorren sólo el territorio del Brasil, o que el vecino país comparte con la Argentina , y sólo 508 kilómetros sobre los cuales tiene jurisdicción la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).
 
Viale afirma que “la preocupación por los efectos de la planta productora de pasta celulosa de Botnia sobre el medio ambiente de la región, surgida de la existencia de graves antecedentes y fundada en las dimensiones de los emprendimientos en construcción, es absolutamente legítima. La falta de respuestas a esa inquietud creó condiciones en las que se exacerbaron los ánimos llegando a poner en riesgo de hermandad. Por eso, es necesario advertir que no alcanza con controlar a los emprendimientos actuales o impedir que se instalen nuevos. Se requiere una nueva agenda en la región, y nuestra iniciativa tiene ese objeto”.
 
La CARU debe transformarse en un ente trinacional democrático y transparente, e incorporar la institucionalización de la participación concreta de las comunidades de ambas márgenes del río, para coordinar políticas regionales, modelos de desarrollo y protección de los recursos compartidos, a través de un Consejo Consultivo de la Sociedad Civil del Río Uruguay”, concluyó el legislador Socialista.

“A partir de ahora es necesario encontrar nuevos canales de diálogo entre ambos países”, opinó Viale

El diputado Lisandro Viale, (PS Entre Ríos) se refirió al fallo de la Corte Internacional de La Haya sobre el conflicto desatado entre Uruguay y Argentina por la instalación de la fábrica de pasta celulósica Botnia. El socialista presentó en febrero de este año un proyecto para establecer una Comisión Parlamentaria Binacional que oficie de mediadora entre los dos países.

Lisandro Viale opinó hoy acerca del fallo de la Corte Internacional por la instalación de la pastera Botnia en la ciudad de Fray Bentos. “La Haya confirmó que se incumplió el Tratado del Río Uruguay al no brindar información acerca de la instalación de la pastera y así, dió curso al principal reclamo argentino. A partir de ahora es necesario encontrar nuevos canales de diálogo entre ambos países y avanzar en la solución de este conflicto que afecta la relación entre dos países que históricamente fueron hermanos” afirmó el socialista. Además, remarcó; “lo queda claro es que Uruguay y Argentina tendrán a futuro una responsabilidad compartida tanto en el cuidado del medioambiente, como en el desarrollo de la región”.

Por otro lado,  el diputado entrerriano destacó el papel que ha desempeñado la Asamblea Ambiental “que ha logrado instalar en la agenda del país el cuidado del medioambiente. Lamentablemente el fallo no contempló la re localización de la planta Botnia, pero de ahora en adelante tenemos que jerarquizar el diálogo por los canales que consideremos adecuados. Los socialistas estamos convencidos de que una Comisión Parlamentaria Binacional sería el primer paso hacia la resolución”, concluyó Viale.

Proyecto de Comisión Parlamentaria Binacional
La iniciativa propone conformar  una Comisión Parlamentaria Binacional de la que participarían representantes de las dos cámaras de ambos países y un representante del Poder Ejecutivo Nacional.  El propósito de la Comisión será institucionalizar un mecanismo de construcción de consenso con todas las partes interesadas en el caso de la instalación de las plantas de pasta celulósica en la ciudad de Fray Bentos, que garantice el derecho ciudadano a un ambiente sano y a un desarrollo sustentable, y una salida a la controversia

El socialismo opinó que la instauración de la Ley de Lemas “será una nueva estafa a los ciudadanos entrerrianos”

El diputado nacional y presidente del Partido Socialista entrerriano, Lisandro Viale, sostuvo que es “una vergüenza cómo el peronismo busca poder birlar la Constitución provincial” al poner en discusión la posibilidad de instaurar la ley de lemas. “Al no poder resolver sus internas, le quiere transferir la situación a la sociedad”, cuestionó. Además calificó como “una locura absoluta” la intención de que este tema sea debatido en la Legislatura y remarcó que si esto sucede “será una nueva estafa a los ciudadanos entrerrianos”

“Es una vergüenza cómo hoy el peronismo –habiendo cerrado un proceso de reforma constitucional, diciendo que fue brillante y ejemplar para todo el país– busca poder birlarla con una suerte de ley de lemas”, se quejó Viale. Asimismo, opinó: “Una vez más, al no poder resolver el partido del Gobierno sus internas dentro de la institución, le quiere transferir a la sociedad una situación como esta”.

En tanto, consideró como “absolutamente una locura” la intención de debatir en torno a esto en la Legislatura. Según aseveró, quedó “demostrado en la hermana República Oriental del Uruguay, que fue un despropósito la utilización de la ley de lemas para evitar lo inevitable, que fue el triunfo del Frente Amplio”. Aseveró además que lo mismo ocurrió en Santa Fe. Para Viale la ley de lemas allí “fue otro ardid que utilizó el justicialismo para poder mantener su hegemonía durante 23 años”, que finalmente no prosperó.

“Hay antecedentes sobrados de que la ley de lemas sólo le resuelve problemas a la corporación política, que no puede dirimir sus internas dentro de los partidos, en un libre juego”, señaló luego el diputado nacional. “Entonces transfiere a la sociedad entrerriana la interna feroz que tiene hoy el PJ para ver si así puede seguir liderando los destinos de nuestra provincia”, agregó.

En tanto, Viale señaló que en caso de que llegue este tema a debate en la Legislatura será “una nueva estafa a los ciudadanos entrerrianos”. En el mismo sentido apuntó: “Si teniendo una nueva Constitución ya se la empieza a birlar y a violar, mal pronóstico tenemos para nuestra provincia”. También cuestionó que “los mismos que hicieron la reforma quieren ahora buscar trampa para poder seguir resolviendo el problema corporativo que tiene el partido del Gobierno”.

• Ley Castrillón
El Diputado nacional se refirió también a la Ley Castrillón. “Fue un traje a medida para resolver la interna del Partido Justicialista en el 2007, con la situación que permitió a (Raúl) Solanas ir por afuera y que una vez terminada la elección terminó siendo en Diputados todo un mismo bloque”, criticó. Al mismo tiempo, cuestionó que esta norma permitió en la provincia “lo que es la borocotización de las personas, que entran por una lista y terminan comulgando en un mega bloque”.

“Aparentemente sirve para que haya más diversidad de propuestas y termina siendo el partido único de la corporación política”, resaltó luego, en tanto sostuvo que “habría que derogarla y a la vez no permitir que se caiga en ninguna suerte de tentación de querer instaurar una nueva ley de lemas con cualquiera de sus variantes”.

En ese sentido, remarcó que el PS planteó “distintas propuestas” para la reforma política, “que tienen que ver con que no haya simultaneidad de las elecciones, que las municipales, las provinciales y las nacionales sean en fechas diferentes, porque esto permite al elector tener conciencia y elegir en cada acto electoral a sus representantes por separado, de manera que no se permita el arrastre de lo nacional con la boleta sábana”.

“Tenemos una serie de propuestas que hemos hecho llegar a la Legislatura provincial, que lamentablemente no han sido tenidas en cuenta para tener una verdadera reforma política que permita la expresión de las minorías en el recinto y en el municipios”, se lamentó por último, en diálogo con esta Agencia.

(Tomado de APF Digital - 10/03/2010)

Ley de Arrendamientos: otra estrategia mezquina

Una vez más, la crisis agropecuaria y las estrategias del gobierno para abordarla vuelven a tener protagonistas principales y convidados de piedra. Mientras se juega al desgaste de la oposición, el campo se queda sin productores.

Por LISANDRO VIALE*


El Gobierno Nacional, poniendo su energía en recuperarse del resultado electoral adverso, busca herramientas que le permitan romper el bloque que amenaza con quitarle la mayoría parlamentaria a partir de diciembre. En ese camino, ha vuelto a la carga con la Ley de Arrendamientos, ya utilizada con los mismos fines el año pasado, en pleno conflicto agropecuario.
Este escenario muestra una difícil tarea por delante: buscar acuerdos que no resquebrajen la unidad estratégica y que hagan sentir el pronunciamiento ciudadano que el 28 de junio reclamó cambios en la gestión.
Creemos que es fundamental escuchar a quienes no tienen voz en el recinto y padecen más intensamente la crisis del sector. Empujados a dejar su tierra por una lógica de escala, los chacareros quedan sin opciones frente al monumental proceso de concentración de la producción agropecuaria argentina, cambiando la fisonomía de una pampa gringa que parecía que nunca iba a dejar de estar sembrada de familias, chacras, escuelas rurales, pequeños pueblos.
Casi un siglo atrás resonaban en el Congreso estas palabras del Dr. Juan B. Justo: “Viajando por la provincia de Córdoba, por el sud de Santa Fe y por la Pampa, uno de los rasgos más salientes del paisaje es la tapera, la habitación derruida, abandonada (…) y el cultivo único, siempre igual, malo no sólo porque esquilma la tierra, porque la empobrece, siempre de los mismos componentes, de las mismas substancias, sino también porque el trabajo de los hombres se distribuye muy desigualmente durante el año y se concentra todo en épocas determinadas, con intervalos prolongados en los que no se sabe qué hacer”.
¿Cómo es posible, cien años después, encontrar el mismo diagnóstico? Sólo por la deserción del Estado y la ausencia de planificación agropecuaria hemos podido dar este rodeo y pararnos, otra vez, en el punto de partida.
Inconsciente o indiferente a esta tragedia nacional, el Gobierno intenta utilizar la Ley de Arrendamientos, una reivindicación histórica de los pequeños y medianos productores, como una simple estrategia de ocasión para conservar el poder. Así, trae una propuesta originalmente presentada por la Federación Agraria Argentina al Congreso, y la transforma en el ariete para romper la Mesa de Enlace, haciendo eje en las diferencias que puedan existir en cuanto al uso y tenencia de la tierra.
Los socialistas no vamos a caer en el juego absurdo de utilizar el Congreso de la Nación para jugar sólo intereses de la dirigencia política, mientras las necesidades de los ciudadanos quedan entre las cuentas pendientes para más adelante.
Estamos convencidos de que hace falta legislar sobre contratos agrarios, para proteger al pequeño y mediano productor y porque la antigua Ley de Arrendamientos Nº 13.246 quedó, con la reforma de la dictadura, transformada en una cáscara vacía que permite pactar contratos anuales sin perjuicio para propietarios y arrendadores.
Sin embargo, seguimos creyendo que el camino más práctico sigue siendo el de reformar la Ley existente, en lugar de debatir los casi 100 artículos de la Ley propuesta. Tal como sucedió con la Ley de emergencia agropecuaria, aprobada recientemente por unanimidad, es importante dejar de lado exigencias sectoriales y avanzar en un puñado de artículos que sean medulares para que concite el consenso generalizado de todos los bloques.
A nuestro entender, la nueva Ley de Arrendamientos debería contemplar tres aspectos fundamentales:
1) Frenar el éxodo de los productores pequeños y medianos.
2) Cuidar el recurso suelo.
3) Garantizar la seguridad alimentaria.

Para asegurar la estabilidad del productor en su campo y evitar el éxodo es necesario fijar un tope en los arriendos y en los porcentajes de aparcería, establecidos como porcentaje del rendimiento promedio de los cultivos, para tornar menos conveniente para el propietario terciarizar la producción. Estos topes serán más bajos en caso de contratos por menor período de tiempo que el mínimo de tres años.
También debería contemplar la conservación del recurso suelo, evitando el monocultivo de soja. Para ello es imprescindible que los arriendos se paguen en quintales del mismo cultivo o unidades de producción de la actividad pecuaria que se realizará en ese contrato (es decir, el que siembre maíz, pague en quintales de maíz; quien produce leche pague en litros de leche, y así). Además, entendemos que se debe establecer una rotación con gramíneas del 30 por ciento de la superficie anual cultivada.
Es fundamental evitar la concentración de la producción y el crecimiento desmedido de los fideicomisos de siembra. Para ello está bien poner límites a la cantidad de tierra que puede tomar un arrendador que, además, debería fijar domicilio fiscal en la provincia donde realizará la explotación y registrar el contrato en la comuna correspondiente.

Este viernes 21 de agosto fue ovacionado en la Cámara de Diputados don Humberto Volando, a quien propusimos como Mayor Notable de Argentina. Menos homenajes simbólicos y más hechos legislativos concretos en defensa del pequeño y mediano productor es lo que quisiéramos ofrendar a este hombre que simbolizó una lucha sin cuartel contra la concentración del uso y la tenencia de la tierra y por el bienestar del pequeño y mediano productor.

Una nueva Ley de Arrendamientos es central para definir hacia dónde quiere avanzar la Argentina, pero ésta debe incorporar estos ejes que acabamos de enumerar porque de no ser así seguiremos afianzando el actual modelo de “agricultura sin agricultores”


* Diputado Nacional. Partido Socialista de Entre Ríos. Ingeniero agrónomo y productor agropecuario.

“La delegación de facultades es un profundo problema político”

En la sesión del miércoles 12 de agosto el diputado Lisandro Viale rechazó la delegación de facultades del Congreso Nacional y enfatizó en que, “no es un problema jurídico o económico como se lo quiere mostrar, sino que es un profundo problema político”.

El diputado socialista, Lisandro Viale, rechazó la posibilidad de prórrogas a las facultades delegadas del Parlamento Nacional. “Hoy estamos discutiendo la posibilidad de desandar el camino de la concentración económica y de poder, cada vez en menos manos. La delegación de facultades del Congreso a cualquier Poder Ejecutivo, no importa de que color, es en sí mismo renunciar a nuestra existencia”, afirmó en el recinto.

En su intervención Viale evaluó que en la discusión por la delegación de facultades subyace la cuestión de los derechos de exportación. En ese sentido expresó que, “no creemos que haya que volver al 2002, sin existencia de retenciones. No es lo mismo un burro que, un pura sangre. Argentina ha librado las reglas de juego al mercado, y ya sabemos quién gana entre un burro y un pura sangre. Es necesario hacer una diferenciación entre grandes y pequeños productores”.

En su evaluación del desarrollo de nuestra democracia el socialista planteó que, “Luego de 25 años de democracia, aquel anhelo de que con la democracia se cura, se come y se educa. El sistema de partidos políticos de la Argentina debe hacerse cargo de que tras estos años tenemos peor salud pública, peor educación pública y el peor de los saldos: un altísimo nivel de pobreza y exclusión social sin precedentes en nuestro país”.

Finalmente remarcó que, “La ciudadanía ha comprendido que no alcanza solo con votar cada dos años. La Argentina debe avanzar hacia una democracia participativa que ponga en agenda como punto número uno a la pobreza. Tengamos en claro que si hoy el Congreso ha vuelto a tener protagonismo, no se debe a la voluntad política de muchos de los que integran esta Cámara, sino por la presencia de miles de argentinos que dicen basta a un país cada vez más rico y cada vez más injusto”.

Modelo productivo concentrador: la irrupción del pequeño rentista y la ruptura del tejido social rural

15/04/08- La propuesta del gobierno es un avance, pero no alcanza: pretende socorrer a un actor que ya no está en escena. Pero además, el problema de fondo, que no se resuelve, es el del uso y la tenencia de la tierra. El que antes era propietario, hoy es pequeño rentista, y el que era colono hoy es contratista de los grandes, que fijan el precio de sus labores. El resultado es un sistema productivo de “agricultura sin agricultores”, que trae aparejado la disolución del tejido social rural, el despoblamiento y crisis del interior.


Está claro que la nueva propuesta del gobierno propone avances. De hecho se fundamenta sobre varios de los ejes que hemos planteado, semanas atrás, en nuestro Proyecto de Ley de sistema de compensación a productores agropecuarios. Entendemos como correcta la exención de derechos de exportaciones mediante un reintegro directo vía CBU, entendiendo que ese mecanismo es el más ágil para que, efectivamente, el dinero retorne al productor. Además, con ese sistema los productores deberemos tributar entre un 30% y 35% en concepto de Impuesto a las Ganancias, que es un impuesto coparticipable, a diferencia de los Derechos de Exportación, mejorando, en cierto punto, la recaudación fiscal de las diferentes provincias a las que pertenezcan aquellos.
Ahora bien, aunque es un avance, es una medida insuficiente ya que viene a socorrer a un actor que ya no se encuentra en el sector productivo. Hoy día, un productor que cuente con las 150 hectáreas de tierras con una aptitud agrícola como para producir las 500 toneladas de soja planteadas por el Gobierno Nacional, ya ha abandonado el sector para pasar a ser un pequeño rentista. Éste es un nuevo actor social, que en los últimos tiempos se hace cada vez más presente, que ha dejado de ser productor ya que la estructura necesaria para trabajar un pequeño número de hectáreas, hace inviable la renta.

A destiempo
Por su parte, la medida de apertura del registro de exportación también es positiva, pero llega a destiempo, ya que los pequeños y medianos productores ya han comercializado el trigo que tenían en su poder y, en todo caso, esa medida los beneficiará recién en diciembre de este año, cuando se levante la cosecha del cereal. Asimismo, muchos productores, desde hace ya un año, esperamos las compensaciones del trigo que se articulan mediante la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), que apuntan a mejorar para los productores los precios establecidos en el mercado interno.

“Micro” no es lo mismo que “pequeño y mediano”
No podemos dejar de destacar que la medida anunciada por la Presidente alcanza a aquellos productores que tengan una facturación inferior a 420.000 pesos anuales, entonces es erróneo que beneficie a los pequeños y medianos productores ya que, según datos oficiales de la Subsecretaria de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional (SEPYME) una empresa que facture por debajo de los 456.000 pesos anuales es una micro empresa quedando, claramente, fuera los pequeños y medianos productores.
En su disposición N° 147/2006 y N° 22/2001, la SEPYME planteó que “actualmente, la clasificación que se utiliza para definir a una empresa como MiPyME depende de las ventas anuales promedio de los últimos tres ejercicios, siendo diferente el corte de acuerdo al sector al que pertenezca la firma”, y acompañó la explicación con un cuadro (ver “Anexo”) que plantea que en el sector agropecuario una Microempresa es la que factura hasta 456.000 pesos anuales, una Pequeña es la que factura anualmente hasta 3.040.000 y una mediana la que factura hasta 18.240.000.
Ante ello resulta sumamente llamativo lo distante del monto tope tenido en cuenta para acceder al “beneficio” planteado por el Gobierno Nacional y la facturación necesaria para considerar a un productor como pequeño empresario.

El problema de fondo
Esto evidencia que la discusión central que hoy día se plantea no se agota en la pugna por algunos puntos, más o menos, en el porcentaje de las retenciones. El problema de fondo sigue siendo el uso y la tenencia de la tierra, junto con las bases sobre las que se debe asentar el proceso productivo que permita la generación de riqueza en nuestro país.
Insistimos en que los acontecimientos que se han vivido y que se viven en el país por estos días tiene un solo antecedente comparable y es aquel Grito de Alcorta de 1912, donde los pequeños chacareros, colonos en ese entonces, disputaban el uso y la tenencia de la tierra; pugnaban por el acceso a la tierra. Ese movimiento que tuvo tres ejes fundamentales muy similares a los que se dan en nuestro contexto: el alto precio de los arriendos, el alto precio de la tierra y el desalojo de esos colonos. Eso provocó el Grito de Alcorta, que fue una pueblada como la que se ha dado por estos días, con la diferencia de que en esta oportunidad abarcó a todo el país.

Los grandes y los chicos
Si bien en 1912 los arrendamientos eran excesivos, ya que oscilaban entre el 30 y el 45 por ciento de lo producido, hoy se da una situación más compleja: los arriendos se establecen en quintales fijos de soja. De esta manera, cada vez que un productor pequeño o mediano accede a una campaña nueva “se compra una deuda” que no sabe si va a poder afrontar, porque depende de factores externos, como el clima o los precios internacionales, y cada año, por la espiral ascendente de los precios enloquecidos que tienen los granos, ese arrendamiento va aumentando: antes era entre 8 y 10, luego de 10 a 12 quintales fijos, hoy es de 15 a 17 quintales fijos, muchas veces por adelantado, y ya se habla de entre 15 a 20 quintales para la próxima campaña de este año.
Entonces, ¿quién puede competir en esas condiciones? Solamente lo pueden hacer los grandes, los fideicomisos financieros, los pooles de siembra, los que tienen la posibilidad de abaratar gastos en las compras y bajar costos en las ventas, los que tienen la posibilidad de extorsionar a los contratistas con los precios de las labores porque de lo contrario no pueden pagar la herramienta que compraron. El proceso es muy claro: el que era propietario, hoy es pequeño rentista, y el que era colono, tenía sus herramientitas y pagaba un porcentaje para poder trabajar, hoy es contratista de los grandes, que le fijan el precio de sus labores. Esto también lo sabemos todos los que pertenecemos al sector.
Como resultado de aquel proceso deviene la concentración. En el país se producen aproximadamente 40 millones de toneladas de soja; 8 mil productores producen el 75 por ciento y 72 mil productores producen 10 millones de toneladas contra 30 millones de la primera franja. Si hacemos un análisis lineal, matemático, con una calculadora –que es erróneo pero sirve como ejemplo‑, concluimos que 8 mil productores utilizan como propiedad o arriendo 12 millones de hectáreas y que 72 mil productores utilizan 4 millones de hectáreas. La riqueza es la tierra, y todos sabemos que ésta es la disputa de fondo de la que estamos hablando.

Cien mil productores menos
Podemos citar algunos datos provenientes del Censo Nacional Agropecuario y que son verdaderamente elocuentes. Por ejemplo, desde el año 1988 a 2002 han dejado de pertenecer al concepto de productor agropecuario 103.405 productores, es decir, un 24,5 por ciento de los 421.221 que había en 1988 y que para el 2002 esa cantidad se redujo a 317.816. En la Pampa Húmeda, en ese mismo período, ha disminuido un 30 por ciento: de 196.000 productores en 1988 a 135.000. En Entre Ríos, en el mismo período se han perdido 5.555 explotaciones agropecuarias, casi todas ellas pequeñas y medianas, y junto con ellas la vida de muchos pueblos del interior. Debemos fomentar mecanismos de distribución de la riqueza para que los pequeños rentistas del campo retomen su oficio original, que es el de productor agropecuario, y dejen de arrendar sus tierras a los pooles de siembra, asumiendo las riendas de su propia empresa familiar.
El nuevo anuncio del Gobierno Nacional no diferencia cultivos ni aptitudes del suelo, ya que habla de 500 toneladas sólo de soja y se hizo referencia a aquellos que tienen 150 hectáreas, pero sin contemplar la aptitud de los suelos. No es lo mismo esa cantidad de tierra en la pampa húmeda que en el norte de nuestro país.

Reconocer las asimetrías
La cantidad de 500 toneladas, aplicándole el 35% de retenciones es insuficiente. Ante ello se debería aumentar el tonelaje compensado o, al menos, se debería liberar de retenciones a aquellas 500 toneladas. Para solucionar este problema es necesario reconocer las asimetrías existentes y establecer un esquema de derechos de exportación que sea diferencial, es decir que con un criterio progresivo, establezca un parámetro fundado en el tamaño de la explotación agrícola y la producción obtenida.
El que nosotros hayamos planteado en nuestro proyecto la exención de los derechos de exportación por debajo de las 2.400 toneladas de maíz, 1.000 de trigo, 700 de girasol, 1.000 de soja y 1.800 de sorgo; responde a indicadores fundamentales que hay que tener en cuenta en el análisis de la realidad socio-económica del sector. Es por ello que en nuestro proyecto tomamos en cuenta el promedio producido durante los últimos 10 años en relación a las hectáreas de tierra sembradas y la aptitud agrícola de los suelos. (ver “Anexo”)
Como lo señala el historiador del agro, Eduardo Azcuy Ameghino, un productor con 100.000 hectáreas, con rinde bajo, 3 toneladas por hectárea, produce 300.000 toneladas de granos. Con 100 hectáreas, produce 300 toneladas. El primero tiene otro costo de producción. No compra el gasoil en el surtidor, sino mayorista. El fertilizante con un descuento del 18% sobre el precio minorista. La mano de obra, llama a licitación de contratistas, que pugnan por hacerle la cosecha más barata. Y vende mejor, por poder de mercado. Tiene bastante más rentabilidad. Los que presentan estas características son el 10% de los productores agropecuarios”. El resto son los chacareros pequeños y medianos, sobrevivientes de los miles que desaparecieron entre 1988 y el 2002.

El tejido social dañado
Es necesario diferenciar, con relación a los productores, dos sectores claramente distintos. Por un lado, una gran cantidad de pequeños y medianos productores que si bien han sido beneficiarios de la coyuntura internacional, experimentan crecientes problemas de rentabilidad de sus explotaciones, que justifican la protesta en la que están involucrados. Estos productores han visto incrementarse en el último año sus costos de producción medidos en dólares en aproximadamente un 65%. Se les dificulta el acceso al crédito y sólo lo obtienen a tasas exorbitantes, y la infraestructura que se les brinda para su producción es escasa y se encuentra en un deteriorado estado general.
El actual modelo productivo ha erosionado, y lo continúa haciendo, al tejido social del medio rural. La deserción de aquellos actores sociales, que de ser pequeños productores pasaron a ser pequeños rentistas, y la práctica habitual de grandes concentraciones de tercerización de tareas a través de contratistas, ha profundizado el proceso de desplazamiento de pequeños y medianos productores al punto de encontrarnos con un sistema productivo de “agricultura sin agricultores”, que trae también como correlato la disolución del tejido social rural, con graves consecuencias de despoblamiento y crisis de pueblos y comunas del interior.

Ausencia de políticas
El ministro Lousteau habló de los efectos negativos del boom de la soja, como el encarecimiento de la tierra y la retracción en la producción de otros artículos como leche o maíz, y ante esto hay dos cuestiones que no son menores. Por un lado la retracción se da por la ausencia de políticas que estimulen las producciones regionales que, por ejemplo, llevan a un tambero a abandonar su sector por la imposibilidad de sostener la actividad a causa de la no rentabilidad.
En lo que respecta al encarecimiento de la tierra, es una cuestión aún más preocupante y que ya hemos referido, que hace que los pequeños y medianos productores entreguen una porción cada vez mayor de su producción en conceptos de arriendos. Entonces, ya que desde el Gobierno Nacional no se les da respuestas satisfactorias a los productores, ni se diferencia entre cultivos, ni calidades de suelo, bueno sería que se promuevan términos de arrendamiento por porcentaje de producción y no sobre quintales de soja.
Los procesos aquí intervinientes son altamente complejos y, a lo largo del tiempo, han quedado irresolutos. Después de veinticinco años de democracia ya es tiempo de que avancemos, a través del consenso, en resolver los profundos problemas que nuestro país tiene con este sector, que todos sabemos que es vital ya que, quien más, quien menos, todos tenemos alguna relación directa o indirecta con el campo.