Intervención del diputado Viale en la Audiencia Pública sobre plaguicidas y su impacto para la salud


(Versión taquigráfica 21 de septiembre de 2010)
Quiero agradecer la invitación a la diputada Merchán, de Proyecto Sur. Yo integro el bloque del Partido Socialista, e indudablemente que luego de la intervención de los señores diputados que me antecedieron en el uso de la palabra se advierte que éste es un tema muy complejo de abordar.
Nosotros hemos presentado un humilde proyecto que se vincula con el tratamiento de los envases de los agroquímicos, así que resulta un poco hasta gracioso pretender abordarlo en cinco minutos dentro de semejante problemática.
Coincido con que es necesario empezar a discutir este tema. Como ejemplo sobra un botón. Nosotros presentamos este proyecto, que se vincula con la creación de un programa nacional de recuperación de envases de agroquímicos, que sencillamente intenta lograr que se tome conciencia acerca del uso de esos envases, algo que lamentablemente hoy no ocurre en el país.
Coincido con lo que señalaba el señor diputado Pino Solanas, en cuanto a que se necesita un cambio cultural entre lo que queremos hacer en términos de producción y lo que debemos hacer para hermanarnos con nuestro medioambiente, intentando tener en los distintos rubros una producción que sea sustentable. Pero va a ser muy difícil llegar a ese objetivo de máxima que planteaba Pino si ni siquiera podemos acostumbrarnos a cumplir reglas mínimas que tienen que ver con el uso de estos envases, que tantos problemas generan cuando se utilizan.
Más allá de la generación de leyes, que son necesarias, creo que es importante que los argentinos empecemos a debatir profundamente qué proyecto o qué modelo productivo deseamos y con qué grado de conciencia lo queremos llevar adelante, porque hay un ejemplo muy claro que describe con dramatismo la forma en que los argentinos tenemos de ver determinados temas sobre el medioambiente.
En efecto, con el famoso tema de Papel Prensa, parece que ahora nos horrorizamos de que la génesis de esa empresa tiene que ver con tantas cuestiones políticas, que acá, que allá, que la corporación, que el monopolio, etcétera. Pero nadie dijo que esa pastera contamina en términos enormes nuestro propio territorio, mientras que la Argentina tuvo con Botnia un tratamiento absolutamente diferente. Hemos llevado a un país hermano a tribunales internacionales por el tema del cuidado de nuestro medioambiente, cuando tenemos varios emprendimientos de este tipo a los que no se les hace ningún tipo de monitoreo ni se les da importancia; de eso no se habla.
De manera que este tema del tipo de aplicaciones, de cómo se utilizan los envases y qué dosis usamos para determinados tratamientos que hacen falta en los distintos cultivos es muy delicado. No solo la soja usa agroquímicos.
Yendo a la expresión utilizada por el señor diputado Bonasso, podemos hablar de agrotóxicos o de agroquímicos; hay distintas escalas. Hablamos del glifosato como si fuera el veneno supremo de la humanidad, cuando hay muchísimos otros productos que son mucho más contaminantes. Evidentemente hay cuestiones que tal vez son emblemáticas. Es como si creyéramos que vamos a resolver el problema del campo argentino por la cuestión de las retenciones y nada más. La cuestión es mucho más profunda. Pero en buena hora que se abran estos debates.
Se habla de las fumigaciones aéreas, que deberían ser prohibidas o no. Nosotros creemos que pueden ser reducidas a una mínima expresión en función de la tecnología que hoy está disponible para las fumigadoras terrestres, pero evidentemente esto va a ir de bruces contra los intereses de los aerofumigadores, a quienes también hay que tenerlos en cuenta.
Creo que es positivo abordar este tema no desde una óptica de catarsis sino desde una óptica de toma de conciencia del uso racional de nuestros recursos naturales, de un sistema productivo sustentable en armonía con el ser humano, que no tenga como único objetivo la productividad sin importar el precio ambiental.
Es cierto que se genera contaminación ambiental cuando se producen riquezas sin medir las consecuencias. Pero la pobreza genera una contaminación ambiental mucho más grande aún, aunque ello no implica que no haya que tomar medidas para considerar este entendimiento.
Hubo un caso muy concreto en la provincia de Santa Fe, exactamente en la localidad de San Jorge, donde se inició una causa judicial porque un avión tiró productos químicos sobre el pueblo. Ese hecho planteó la necesidad de contar con una ley nueva. Pero lo cierto es que en realidad ni siquiera se cumple la ley vigente.
Esto es lo mismo que cuando a uno le hacen una multa porque cruza un semáforo en rojo o va preso porque mata a alguien. Entonces si uno tira agroquímicos arriba de un pueblo tiene que pagar las consecuencias de acuerdo con la ley vigente. Sin embargo, los argentinos enseguida queremos redactar una nueva ley, mientras que tenemos un mamotreto de bibliotecas de leyes que nadie cumple. Entonces se trata de un problema de toma de conciencia ciudadana y de exigir que desde el ciudadano de a pie hasta el presidente de la Nación den cumplimiento a las leyes.
Los ciudadanos tenemos que empezar por casa entendiendo el uso racional de un envase. No tenemos que criticar a un país hermano sin ver primero si nuestras propias pasteras contaminan o no. Siempre estamos buscando la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio.
Ocurre que los que no están en el sector productivo entienden que todo lo que sea productivo genera cáncer y mata niños. Y lo que es al revés, también es al revés. Entonces es de un abordaje tan complejo y a la vez tan necesario, que saludo que esta audiencia se haga con los distintos sectores involucrados en el tema y con los distintos sectores políticos. Podemos tener visiones diferentes pero necesariamente antes o después, nos llevará cien años de democracia si es necesario, empezaremos a entender que un país normal se construye con sus instituciones, con los sectores involucrados y con el establecimiento de reglas claras que sean cumplidas, tal como lo hacen los países serios. El que sale de las reglas establecidas tiene que pagar. Si no es con dinero, será con prisión o de acuerdo con el daño realizado a un tercero o al medio ambiente.
Hasta que eso no lo vayamos comprendiendo, y por eso creo que esto es lo saludable y positivo, ninguna ley será buena para nosotros. Y lo digo porque hasta el momento ni siquiera cumplimos las vigentes.
Quiero finalizar diciendo que este proyecto sobre tratamiento de los envases de agroquímicos fue presentado el 11 de diciembre de 2008, y cuenta con el apoyo del INTA y del Colegio de Ingenieros de la provincia de Santa Fe, que están interesados en que esto se discuta, pero hasta ahora duerme el sueño de los justos.
Entonces me pregunto cómo podemos aspirar a llegar al sol cuando ni siquiera podemos levantar la vista para ver qué tenemos en el horizonte.
Quedo a disposición de los presentes para lo que pueda aportar de mi parte.

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